Por: David Albeto Valerio Miranda
Introducción
En el siguiente
texto pretenderé ofrecer una crítica hacia algunas ideas de la organización
política que propone Nicolás Maquiavelo (1469-1527). La razón por la que pienso
que es importante reflexionar con sentido crítico estas ideas es porque tengo
sospechas de si ¿hoy en día es posible encontrar influencia de este autor en
nuestra organización política?
Para poder
realizar de una manera más sensata este intento de crítica me apoyare en una
autoridad como es: Karl Marx (1818-1883), de quien analizaremos también algunas
de sus ideas para contrastarlas, con las del autor antes mencionado, así como
algunas aportaciones de Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) que puedan colaborar
respecto al tema y mi punto de vista. A manera de enriquecer y profundizar en
mayor medida este texto. Además de intentar responder a mis sospechas, otro
aspecto rescatable de este texto podría ser: el que nos muestre dos posturas
hacia el problema ¿Cómo debemos de organizarnos? Problema que pude competerle tanto
a la filosofía política o como a la ética. En esta ocasión sólo nos enfocaremos
a las ideas políticas de los autores mencionados.
El texto se
organizará de la siguiente manera: primero expondré algunos puntos clave que
puedan ofrecer un panorama del pensamiento de Maquiavelo respecto al tema,
posteriormente ofreceré algunos argumentos de Marx. Para finalizar palparé una
posible conclusión de este contraste. Cabe aclarar que las citas de Rousseau y
mis comentarios serán intercalados durante el desarrollo del texto y de acuerdo
a la postura que se esté analizando. Nuestros tiempos y circunstancias nos
impulsan a escribir y criticar al sistema, pues es posible que el desarrollo
educativo y por tanto filosófico de nuestro país este sujeto a las condiciones
sociopolíticas en las cuales vivimos.
Comenzaremos
pues tratando desarrollar algunas ideas
de Maquiavelo que fueron plasmadas en su obra: “El príncipe” (1513-1519). Traté de seleccionar sólo algunas ideas
que me parecieron puede reflejar o representar su pensamiento y postura
política que es lo que aquí nos interesa. Tómese en cuenta la siguiente idea
expuesta: Quien se haga dueño de una ciudad
y no la aplaste, espere ser aplastado por ella[1]
Podemos
interpretar varias cosas de este pequeña muestra, primero hay que entender que
el concepto aplastar en este contexto es violento y el enunciado “hacerse dueño
de una ciudad” como llegar a la cima de un puesto público en la organización
social, lo que en nuestro contexto sería, por mencionar un ejemplo, llegar a la
presidencia.
Respecto de la
expresión “no la aplaste” pude darnos a entender que si el gobernante es demasiado
misericordioso (ventaja o desventaja que se comentara más adelante) como consecuencia
su pueblo se rebelará y lo aplastara a él. Cuestión que está dentro de la
posibilidad, pero para evitar cualquier situación de desorden, el mandatario
tiene que mostrar autoridad y no titubear:
Hay tres modos de conservar un Estado que, antes de
ser adquirido, estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en
libertad: primero, destruirlo; después, radicarse en él; por último dejarlo
regir por sus leyes, obligarlo a pagar un tributo y establecer un gobierno
compuesto por un corto número de personas, para que se encargue de velar por la
conquista.[2]
Desde este
primer momento se puede comenzar a mostrar la postura de Maquiavelo pues según
la cita anterior estaría aconsejando al gobernante a ser lo menos
misericordioso posible con su pueblo. Por tanto ¿estaría justificando acciones
bélicas como el genocidio? Al parecer si, pues el gobernante o príncipe debe
aplastar primero al pueblo, supongo que con autoridad y arbitrariedad desmedida, lo cual
provocaría un efecto de un equilibrio, buscar siempre el mayor bien del pueblo,
evitando hecatombes que pongan en riesgo la integridad del reino o nación, la pregunta
aquí es: ¿este equilibrio o paz social es legitimo siendo producto de la
coerción?
Tal vez se
intentarían justificar con la idea de que el príncipe debe ganarse el respeto
de su pueblo para poder preservar el orden. Aunque desde mi perspectiva
sostendría que la violencia y la arbitrariedad no son formas necesarias ni elementales
para preservar el orden, incluso puede ser perjudicial para el gobernante, por
lo que considero que: promover el respeto y orden por este medio (violento) no
es una medida sensata en una justa organización política. Podemos seguir
reafirmando la postura del Nicolás Maquiavelo con otras ideas expuestas en su
obra El Príncipe, que ofreceré a
continuación: Ha de notarse, pues, que a
los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos.[3]Ello lo dice Maquiavelo a fin de evitar la venganza, porque
dicha acción debilitaría la soberanía de la autoridad.
La propuesta se sigue
mostrando clara, pues en esta cita anterior, hay una disyunción exclusiva “o”
es decir a los hombres o se les conquista o se les elimina, no muestra otra
alternativa de acuerdo para gobernar, en este sentido: ¿estará agotando la
manera de gobernar a una única visión o arquetipo en la cual no acepte
alternativas y por tanto mantenerse cerrada? Aparte de que no menciona si la
conquista puede ser violenta.
De cualquier
forma Maquiavelo está apoyando una postura de organización política en la que
por medio de la arbitrariedad y la violencia legítima, ejercida por el Estado, se
mantenga el orden. Que es algo similar a lo que se vive hoy en día, en México y
Latinoamérica, donde nuestro ilustre estado atemoriza a la población
militarizando el país con la justificación de su supuesta “lucha contra el
narco” pues temen que con el aumento del hambre y la miseria se geste una
rebelión.
Esta estrategia o característica, de los gobernantes hacia cómo
deben mantener el poder apoyaría, la ya gastada hipótesis que han propuesto algunos
pensadores a lo largo de la historia, en la cual se dice que entre los seres
humanos se da un fenómeno donde existe un opresor y un oprimido.
Rousseau en su libro del contrato social menciona algo
relacionado con esto último en discusión, expresando: El argumento de Calígula equivale al de Hobbes, Grotio y Aristóteles
(…) los hombres no son naturalmente iguales pues unos nacen para ser esclavos y
otros para dominar.[4]
Con este tipo de estrategias para gobernar y mantener el
Estado, tal como en los siglos XVI-XVIII y aunado a la idiosincrasia
maquiavélica, pareciera que los gobernantes apoyan esta propuesta y tratan de
llevarla a la práctica actualmente. Desde mi punto de vista es una idea
equivocada, que atenta contra la población y la subsistencia humana. De entrada se está eliminando de una manera
discriminante a un gran sector de la población, sosteniendo que unos nacen para
ser sometidos.
Propongo es equivocada porque creo, que como seres humanos
y animales racionales que somos, deberíamos mostrar las mismas posibilidades
para desarrollarnos manifestando un respeto y así llegar a un acuerdo mutuo. De
lo contrario se estaría apoyando la idea del dominio del más fuerte,
propuesta que creo es equivocada pues la
fuerza no debe ser parámetro ni justificación de dominio, me apoyo en Rousseau:
Puesto que ningún hombre tiene por
naturaleza autoridad sobre su semejante y puesto que la fuerza no constituye
derecho alguno quedan solo las convenciones como base de toda autoridad legítima
sobre los hombres.[5]
Pero al parecer a las estrategias de gobernación maquiavélicas
estarían violando las convenciones justas y se postrarían a favor del
autoritarismo gobernando con la fuerza brindada pos sus ejércitos e
instituciones. Precisamente la fuerza del Estado se gesta en sus corporaciones,
una de ellas y podría decirse que después del ejercito la más importante es la
iglesia, pues Maquiavelo también nos muestra su complicidad directa con el
estado: Los principados (…) se conservan
dado que se apoyan en antiguas instituciones religiosas que son tan potentes y
de tal calidad que mantienen a sus príncipes en el poder sea cual fuese el modo
en que estos procedan y vivan.[6]
Es decir que los gobiernos (ya sea príncipe,
presidente, mandatario, etcétera.) se aprovechan de la buena fe del pueblo,
para por medio de las creencias y tradiciones atemorizar y dominar. Esta fuerza
del Estado no sólo se rige en sus cuerpos represivos sino también por la vía
espiritual, moral, educativa y cultural.
me gustaría poder en contra mas autores que critiquen el pensamiento de maquiavelo
ResponderEliminar